El diario peruano Expreso publicó un artículo que muestra "
las 6 grandes mentiras" con que el rector y autoridades de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), engañan a la opinión pública sobre el diferendo que tienen con el Arzobispado de Lima por la administración del centro de estudios.
Expreso indicó que esta campaña mediática del rector Marcial Rubio es "no sólo insolente sino mentirosa", y se da en víspera de la asamblea universitaria en que la PUCP "determinará su respeto o no a la máxima autoridad eclesiástica de esta religión –representada por el
Papa Benedicto XVI–, la cual ha dispuesto pautas muy claras e inalterables sobre la administración de esa casa de estudios".
En ese sentido, el 15 de septiembre afirmó que Rubio miente al decir que la PUCP no nació de la
Iglesia, cuando sí fue una "iniciativa de la propia Iglesia Católica a través de Congregación de los Sagrados Corazones personificada por el R.P. Jorge Dintilhac, con aprobación del arzobispo de Lima Monseñor Pedro García y Naranjo y de todo el Episcopado del Perú".
"Ese vínculo vital no sólo aparece en su Carta Orgánica de 1917, sino que, además, claramente se precisa en el rescripto de la Congregación para la Educación Católica de Roma, por el que se aprobaron los Estatutos que la PUCP inscribió en su oportunidad ante los Registros Públicos del Perú, ‘con absoluto acatamiento
de las resoluciones de la Santa Sede, de la cual depende’ (artículo cuarto de los últimos Estatutos aprobados por la Santa Sede)", señaló.
La segunda mentira, advirtió, es afirmar que la legislación canónica es incompatible con la peruana. "La llegada del gobierno revolucionario del general Velasco no debió significar cambio alguno en la elección de las máximas autoridades de la PUCP, pues la llamada Ley Orgánica de la Universidad Peruana, reconociendo la pertenencia de la PUCP a la Iglesia, estableció una norma de excepción: ‘El rector y el pro-rector de la Pontificia Universidad Católica del Perú, serán nombrados de acuerdo a lo que prescribe su respectivo Reglamento’, rezaba el artículo 169° del Decreto Ley N° 17437".
Sin embargó, denunció Expresó, "los directivos de la PUCP de entonces, sin la autorización de la Santa Sede, implementaron, de manera absolutamente indebida e impropia, el sistema de elección que el Decreto Ley N° 17437 establecía para las otras universidades no pontificias, ni católicas".
"Abusando de la buena fe del entonces cardenal (Juan) Landázuri, se le dieron las garantías de que el lazo vital que une a la Universidad Católica a la Iglesia
no se rompería, independientemente de ‘las formas’ que se adopten (carta del rector Mac Gregor al cardenal Landázuri del 24 de febrero de 1969)".
En ese sentido, indicó que es mentira que los cambios estatutarios de la PUCP contaron con la bendición del Cardenal Augusto Vargas Alzamora. Añadió que estos textos tampoco fueron aprobados por la Iglesia.
"Recuperada la democracia, la Santa Sede le insiste a la PUCP en efectuar la necesaria corrección de los estatutos que venían aplicándose, pese a no contar con la aprobación pontificia. Se generaron varios encuentros e incluso el cardenal Augusto Vargas Alzamora expresó su disconformidad respecto al texto que venía utilizándose, el cual además, al ser consultado en esa época a Roma, fue rechazado (carta del cardenal Augusto Vargas Alzamora al entonces rector Salomón Lerner Febres del 17 de octubre de 1997)".
La cuarta mentira, señaló, es decir que los estatutos que aplica la PUCP están adecuados a la constitución apostólica Ex Corde Ecclesiae para las universidades católicas. "En marzo de 2007, el entonces rector de la PUCP, Luis Guzmán Barrón Sobrevilla, luego de sostener reuniones, en Roma, con la Congregación para la Educación Católica, le expresa al cardenal (Juan Luis) Cipriani, que está en condiciones de preparar ‘las modificaciones estatutarias pendientes’, para ‘merecer la aprobación de la Sagrada Congregación para la Educación Católica’ (Carta N° 166/2007 R, del 12 de marzo de 2007); admitiéndose, en consecuencia, que los estatutos que venía utilizándose no estaban adecuados a las normas de la Santa Sede y que sus modificaciones se encontraban pendientes".
La quinta mentira, indicó Expreso, es decir que la PUCP no es de la Iglesia Católica. "Independientemente de la vasta documentación existente, la Carta Circular N° 176/11.R, del 30 de junio de 2011, que Marcial Rubio Correa le remite a los Obispos del Perú, es meridianamente clara cuando literalmente afirma: ‘La Pontificia Universidad Católica del Perú
es una institución de la Iglesia Católica’".
Finalmente, señaló que la sexta mentira de Marcial Rubio es decir que la Conferencia Episcopal Peruana respalda la rebeldía de la PUCP frente al Arzobispado de Lima y la Santa Sede.
Recordó que el
26 de agosto el Episcopado acordó "por unanimidad, invocar a las autoridades de toda la comunidad universitaria de la PUCP ‘a que acojan las indicaciones de la Congregación para la Educación Católica, en la certeza de que la Iglesia, madre y maestra, garantiza para el bien de todos, la naturaleza católica de cualquier institución y al orientación católica de la educación que en ella se debe brindar’, además de expresar su ‘reconocimiento y respaldo al
cardenal Juan Luis Cipriani Thorne en la alta responsabilidad que le compete como Arzobispo de Lima y Gran Canciller de la PUCP’".